Para limitar el contacto con los alérgenos, las personas alérgicas al polvo doméstico, se deshacen de las alfombras, cortinas y otros artículos que acumulan polvo de sus hogares. La limpieza tradicional, incluso diaria, no protege a las personas alérgicas del contacto con el polvo y, lo que es más, las partículas de polvo comienzan a flotar en el aire durante la limpieza, lo que empeora la condición.