Los síntomas se desarrollan como resultado de la inhalación de alérgenos por parte de una persona sensibilizada. La secreción acuosa, la obstrucción nasal (experimentada como una sensación de bloqueo en la nariz), la picazón y los estornudos aparecen en pocos minutos despues del contacto con el alérgeno.

Existe también el riesgo de sinusitis aguda y crónica. La exacerbación de los síntomas depende de las características individuales de la persona alérgica y de la concentración de alérgenos en el polvo domestico.

Existe una estrecha relación entre la presencia de alérgenos en el polvo doméstico y el desarrollo de la sensibilización y el asma bronquial. La exposición a una alta concentración de alérgenos de ácaros del polvo en el hogar conduce a un aumento de la hiperreactividad bronquial y se asocia con un curso más severo de alergia, un mayor uso de fármacos e incluso la necesidad de hospitalización durante las exacerbaciones de la enfermedad. En todo esto existe una relación lineal.

Para limitar el contacto con los alérgenos, las personas alérgicas al polvo domestico, se deshacen de las alfombras, cortinas y otros artículos que acumulan polvo de sus hogares. La limpieza tradicional, incluso diaria, no protege a las personas alérgicas del contacto con el polvo y, lo que es más, las partículas de polvo comienzan a flotar en el aire durante la limpieza, lo que empeora la condición.

Un síntoma típico de rinitis alérgica es la presencia de síntomas de sensibilización durante todo el año debido a la exposición constante a alergenos domésticos. Para distinguir este tipo de alergia de un resfriado común causado por una infección viral, las atenciones deben centrarse en la duración de los síntomas. La rinitis viral suele durar 10 días.